Por: José María Pazos Couto & Eugenia Trigo
Resumen
El texto pretende reflexionar sobre el concepto de lenguaje como acción y de qué manera la invención del lenguaje alfabético, desde los antiguos griegos, nos dejó en un mundo de palabras, que no siempre comprendemos corpóreamente. Se hace una presentación de los fundamentos de los diversos lenguajes, con los cuales los seres humanos, conversamos y estamos en el mundo.
Palabras-clave: lengua, lenguaje, lenguajear-conversar, acción, corporeidad.
Por qué
¿Por qué es tan difícil o complicado ponerse de acuerdo entre personas de contextos distintos que hablan el mismo idioma? ¿Por qué, en muchas ocasiones, y después de horas, meses, años de conversaciones “descubrimos” que no nos hemos entendido y vuelven a aparecer las mismas preguntas, dudas, inquietudes?
Damos por comprendido aquello que hemos discutido, analizado, escrito e incluso mostrado y enseñado a otros. Sin embargo, a la hora de las vivencias, de la praxis, de la puesta en común, surgen los malentendidos, los “tú me dijiste”, “yo dije que me habían dicho”, “yo entendí que…”. Y nos vamos a la cama con las dudas de no habernos explicado bien o de no haber comprendido lo que el hijo, la esposa, el esposo, el colega, el profesor, el vecino nos quiso explicar.
¿Por qué no es posible que los presidentes de las 194 naciones del mundo se pongan de acuerdo, en momentos de grandes crisis civilizatorias como la actual, para tomar decisiones que nos afectan a todos los humanos?, ¿es sólo cuestión de intereses económicos? ¿No habrá algo más que impide estos acuerdos de Vida para la Vida?
¿Se han detenido a pensar por qué sucede esto continuamente?
Como nos dice Pániker (2001, p.380): “desgraciadamente nuestro lenguaje es todavía aristotélico-cartesiano, y nuestro modo de explicar lo trascendente echa mano de herramientas (metáforas) del año de la catapún”.
Fossa y Araya-Velez (2017) basándose en Bülher (1934) afirman que el lenguaje humano es un fenómeno holístico que involucra sensaciones corporales en las que sus primeras formas son de naturaleza no estrictamente verbal, afirmando que “la expresividad humana no solo se manifiesta en la expresión de signos lingüísticos sino también en movimientos corporales”.
Si somos corporeidad, si somos seres de emociones y es desde las emociones que podemos ser-en-el-mundo, ¿por qué continuamos atrapados en el mundo de la razón?, ¿por qué seguimos pensando y actuando en consecuencia que es la razón la que nos mueve?, ¿por qué continuamos viviendo en el “pienso luego existo” si la misma ciencia occidental ya ultrapasó estos posicionamientos?
Es como si, el legado griego-cartesiano, hubiera sido/es tan “intenso” que se nos quedó impregnado en la piel y no somos capaces de colocarnos en lugares-otros, desde los cuales podamos crear otros mundos posibles, otras formas-de-ser-y-estar-en-el- mundo. Vivimos fragmentados al tiempo que estudiamos y escribimos textos integrados, referenciamos autores que nos muestran el “error de Descartes” (DAMÁSIO, 1995) y nos abren caminos de reflexión vivenciada y de ciencia/s e investigación encarnada (TRIGO, 2011) ¿Qué más necesitamos para aprender? ¿Por qué es tan difícil salirnos de los caminos establecidos desde hace más de cuatrocientos años?
Bauman (2016) lo tiene claro cuando manifiesta: “la antigua forma de hacer las cosas ya no funciona, pero aún no hemos encontrado la nueva forma de funcionar. Así que hay un vacío entre las reglas que ya no sirven y las que aún tenemos que imaginar”. Y, cuando se le pregunta por cuánto durará esta etapa civilizatoria, a lo que él denomina ´interregno´, responde:
Menos tiempo del que tardaron nuestros antecesores en crear un objeto punzante con el que penetrar otras sustancias. Y, aun así, tardaron otras decenas de miles de años en inventar un agujero en el que meter un palo y construir un hacha… Creo que nosotros tardaremos menos. Pero aun así será más tiempo del que la gente querría.
Por tanto, ¿qué nos queda por hacer? Seguir reflexionando el mundo actual y proponiendo caminos de salida, tomando consciencia y atreviéndonos a mostrar rutas otras, interrogantes otros con la confianza y esperanza que estamos sembrando y que algún día la historia de la humanidad lo reconocerá.
El lenguaje es acción
Para superar la problemática lingüística que tenemos con los conceptos (lengua, lenguaje), el biólogo chileno Maturana (2003) crea el concepto de LENGUAJEAR, neologismo que hace referencia al acto de estar en el lenguaje sin asociar tal acto al habla, como sería con la palabra hablar. El lenguaje como fenómeno biológico y proceso no tiene lugar en el cuerpo (sistema nervioso) de los participantes en él, sino en el espacio de coordinaciones conductuales consensuales que se constituyen en el fluir de sus encuentros corporales.
Y del lenguajear transfiere al Conversar, significando un fluir entrelazado de lenguajear y emocionar. Siendo la Conversación fluir en conversar en una red particular de lenguajear y emocionar. Es decir, somos seres corpóreos y como tal fluimos en conversaciones a través de nuestro lenguajear y emocionar. Solamente somos y estamos en el mundo lenguajeando, interactuando con los otros a través de las formas diversas de ese interactuar. Lo hacemos danzando, pintando, jugando, hablando, escribiendo, poetizando, musicalizando.
Al haber estado atrapados en el lenguaje alfabético como el “lenguaje serio”, nos hemos despegado de nuestra corporeidad para reducirnos a nuestra racionalidad. Es por eso, que pensamos que solamente hablando o escribiendo podemos crear ideas.
Pero, ¿no es cierto que, en muchas ocasiones, nos aparecen ideas cuando cantamos o bailamos o escuchamos música o pintamos?, ¿no es cierto que, muchas veces, nos levantamos con un ¡eureka!, por haber soñado con algo que nos despierta la imaginación dormida? ¿No es así como muchos genios de la humanidad han desarrollado sus descubrimientos?
¿Y qué significan las frases “pensamiento es acción” o “lenguaje es acción”? Nada más que no hay un sujeto (agente) detrás de una acción. Toda acción es lenguaje, todo lenguaje es acción. Esto es claro cuando lenguajemos con los lenguajes no alfabéticos, porque “vibramos al unísono”, porque nos sentimos plenos, armónicos, uno-con-el- mundo. Pero parece que no es tan claro cuando hablamos y más cuando escribimos. Ejemplo: “Yo escribí esta carta”, indica que hay un “yo” detrás de la acción de “escribir esta carta”.“El agente es una ficción, el hacer es todo”. La acción y el sujeto (el “yo”) que ejecuta la acción no pueden separarse. Sin acciones no hay “yo” y sin “yo” no hay acciones (ECHEVERRÍA, 2003, p.153-155).
El lenguaje alfabético nos hace malas pasadas, porque ha sido creado para argumentar, nombrar, categorizar. Porque el lenguaje alfabético (oral y escrito) es un lenguaje conceptual, argumentativo y origina más confusiones que entendimientos, cuando partimos de contextos diversos. Y no nos damos cuenta que, al no pensar en el contexto en que estamos lenguajeando, podemos estar creyendo que nos interpretan a la manera cómo nosotros interpretamos. Es por eso que Echeverría (2003) recurriendo a (WITTGENSTEIN, 1988) y (MATURANA, 2003) nos advierte que el que escucha es quien realmente interpreta. De ahí que, si no nos ponemos de acuerdo en el contexto del lenguajear, podamos estar interpretando cosas diferentes en la conversación. A medida que avanzamos en nuestro desarrollo ontológico, el lenguaje alfabético va tomando mayor relevancia, y se van disimulando las demás formas de comunicación, al revés que en la infancia donde predominan el cuerpo y las emociones sobre las palabras, por ser estas más primitivas. Y si esto sucede, dentro de una misma comunidad lingüística, ¿qué no sucederá en el lenguajear-conversar entre comunidades corpóreas diferentes?
Tenemos un problema de lenguaje alfabético. Ahí el desafío para afrontar y enfrentar nuevos problemas investigativos y de desarrollo de los distintos lenguajes como posibilidades de co-creación de conocimiento. Debemos aprender los códigos específicos de cada lenguaje para ser capaces de interpretarnos en nuestras corporeidades diversas y en nuestros diferentes lenguajeares. Y es que el mensaje verbal, a veces más que expresar con precisión, oculta el verdadero mensaje que queremos transmitir.

Tipo de lenguajes
Por las anteriores significaciones, se puede decantar que el lenguaje es la mediación que los seres humanos empleamos para comunicarnos, para lo cual usamos gestos, sonidos verbales, signos escritos y otros códigos lógicos y analógicos que poseen un significado. En una concepción más amplia, es cualquier procedimiento que sirve para comunicarse, para entrar en conversaciones.
¿Cuáles son entonces esos códigos que utilizamos para comunicarnos- conversarnos? Siendo fieles a nuestros planteamientos, escritos e investigaciones anteriores vamos a desarrollar en estas páginas, las estructuras básicas de los diferentes lenguajes o las diversas manifestaciones corpóreas con las cuales el ser humano se comunica consigo mismo, con los otros o con el ambiente.
Siguiendo con un texto anterior Bohórquez y Trigo, (2006), que explicaba la simbología del número siete para abordar el tema de la corporeidad y los siete cuerpos, decimos que los seres humanos nos comunicamos a través de siete lenguajes. Unos operan o pueden operar simultáneamente, mientras que otros lo hacen secuencialmente.
Relación entre sentidos, cuerpos, inteligencias, lenguajes
SENTIDOS | CUERPOS | INTELIGENCIAS | LENGUAJES |
VISTA | FÍSICO | EMOCIONAL (interpersonal | ORAL |
OIDO | MENTAL | Intrapersonal) | ESCRITO |
OLFATO | EMOCIONAL | LINGUÍSTICA | MUSICAL |
GUSTO | TRASCENDENTE | LÓGICA | PLÁSTICO |
TACTO | CULTURAL | MUSICAL | GESTUAL |
KINESTÉSICO | MÁGICO | ESPACIAL | SILENCIO |
INTUICIÓN | INCONSCIENTE | CINESTÉSICA | ONÍRICO |
NATURAL |
Desde la perspectiva de las ciencias cognitivas y neurofenomenológicas, el ser humano conoce a través de sus sentidos y desenvuelve sus procesos de vida en interacción con el medio ambiente a partir de poner en “tensión” todo su organismo (mente) para encontrar las mejores opciones de sobrevivencia y buen vivir. Estos estudios, vinieron a romper con la tradición cognitivista de un cerebro que piensa y un cuerpo que hace, para hablarnos de una mente-orgánica que organiza los distintos sistemas en función de las necesidades cambiantes de la vida.
Visibilizar, analizar, estudiar e investigar las posibilidades de todos los lenguajes humanos es un desafío para este milenio en pro de una interrelación planetaria que nos permita ir transitando hacia espacios de paz, convivencia y co-creación de otros mundos posibles. Desde esta perspectiva, hemos aventurado un primer acercamiento a los elementos que constituyen estos siete lenguajes con el ánimo de, conociendo lo constituyente, podamos re-conocer-nos y reconocer al otro diferente y además podamos conocer los aspectos básicos con los cuales los seres humanos creamos.
Síntesis
¡Mucho por comprender! ¡Mucho por estudiar corpóreamente! ¡Mucho por atrevernos a crear desde propuestas y perspectivas diferentes!
El lenguaje humano es un fenómeno muy amplio que abarca las diferentes dimensiones de la persona, siendo muchas veces confuso y/o difícil de comprender. El recorrido es complejo y requiere un estudio antropo-filosófico de la historia humana desde diversas perspectivas, pues comprender en lenguaje en su sentido más amplio supone profundizar a ahondar en el verdadero sentido de la existencia humana.
Solamente lo conseguiremos si vamos atrás en la historia a “encontrar” la “falla geológica” y fundamentada en ello, tener el coraje y la osadía de movernos por paradigmas más abiertos y contextuales que nos permitan continuar co-creando Vida para la Vida de todos los seres con quienes compartimos el Planeta Tierra y el Universo.
¿Estamos dispuestos?
Referencias
BAUMAN, Zygmunt. Vivir en tiempos turbulentos. TusQuets. España.
BOHÓRQUEZ, Francisco & TRIGO, Eugenia. Corporeidad, energía y trascendencia. Somos siete cuerpos (identidades o notas). Pensamiento Educativo, Chile, v. 38, p.75-93, jul. 2006.
DAMÁSIO, António. O erro de Descartes. Portugal: Publicações Europa-américa, 1995.
ECHEVERRÍA, Rafael. Ontología del lenguaje. 6. ed. Chile: J.c.
MATURANA, Humberto. Desde la biología a la psicología. 4. ed. Santiago de Chile: Lumen, 2003. 1 v.
PÁNIKER, Salvador. Cuaderno amarillo. Barcelona: Plaza & Janés, 2001. 1 v.
TRIGO, Eugenia. Ciencia e investigación encarnada. España/colombia: Iisaber, 2011. 8 v.
TRIGO, Eugenia. De la Motricidad Humana al Paradigma Vida. España/colombia: Iisaber, 2016. 4 v.
WITTGENSTEIN, Ludwig. Investigaciones filosóficas. Barcelona: Grijalbo, 1988. 1 v.